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Alcohol y el sistema inmune

Alcohol y el sistema inmune
Alcohol y el sistema inmune

La relación entre alcohol y sistema inmunitario osciló en la ciencia médica entre recomendaciones de una copa de vino para elevar las defensas hasta su prohibición total. Esto motivó debates intensos y una serie de investigaciones al respecto para clarificar la cuestión.

 

De más está decir que el alcoholismo es un flagelo prevalente con consecuencias desastrosas. Se trata de una adicción que está presente en todas las edades de la vida y en cualquier latitud del planeta.

 

El sistema inmunitario no está exento de los efectos del alcohol, y es importante que las personas entiendan esto, para no caer en malentendidos. A veces, por el afán comercial, algunas marcas promueven ciertos consumos que no son saludables.

 

Lo negativo del alcohol no se manifiesta solo a largo plazo ni en consumidores crónicos. Sabemos que esta droga está detrás de accidentes de tránsito, problemas domésticos e injurias por riñas. Pero también el sistema inmune se debilita en consumos agudos y excesivos, volviendo lento los procesos de cicatrización, por ejemplo.

 

Al saber cómo afecta el alcohol al sistema inmune damos un paso adelante en la posibilidad de aminorar los efectos de su adicción. Además, se agregan elementos para tratar casos puntuales donde el alcoholismo favorece infecciones y hasta el desarrollo de neoplasias.

 

¿Cuáles son los efectos del alcohol en el sistema inmunitario?

 

El primer punto de contacto del alcohol con el organismo es el sistema digestivo. De manera principal, las mucosas de la boca, el estómago y el intestino. Esta última es una pieza clave del sistema inmunitario para detener agentes patógenos.

 

En la mucosa intestinal, el recubrimiento interno funciona como una barrera para que lo nocivo no ingrese a la sangre. El alcohol es capaz de irritar esa mucosa y crear pequeñas aberturas por donde se filtrarían microorganismos.

 

También, en el sistema gastrointestinal tenemos la microbiota, ese conjunto de bacterias que habitan el intestino y se comportan colaborativas con el ser humano, sin enfermarlo. El alcohol, cuando irrumpe en la luz intestinal, altera el equilibrio de estos microorganismos y disminuye su función defensiva natural.

 

Y no sólo la sección gastrointestinal es la afectada, sino también el sistema respiratorio. Los pulmones disponen de mecanismos para barrer la mucosidad y expulsar microbios hacia el exterior con el movimiento de pequeños pelillos llamados cilios.

 

Resulta que el alcohol afecta al sistema inmunitario pulmonar trastornando el movimiento de los cilios. Esto sin mencionar que los glóbulos blancos cercanos a los bronquios se hacen menos eficientes en el alcoholismo.

 

Fases de la afectación inmunitaria por alcohol

 

El alcohol afecta al sistema inmunitario en tres fases temporales distintas, desde lo inmediato a lo crónico indirecto. Estos períodos se suceden y hasta se superponen en una persona alcohólica.

 

En lo agudo, las células de defensa del cuerpo tienen tendencia a atacar el alcohol por considerarlo una sustancia tóxica externa, no reconocida. Entonces, al haber respuesta inmune hay inflamación; el problema reside en que el alcohol es capaz de bloquear algunas proteínas inflamatorias.

 

El bloqueo inflamatorio por alcohol es complejo, pero sabemos que dos efectos directos son apreciables con facilidad: los epitelios cicatrizan más lento y las infecciones penetran con facilidad, sobre todo a nivel pulmonar.

 

A medida que pasa el tiempo, si seguimos consumiendo alcohol en cantidades excesivas, los glóbulos blancos son cada vez más bloqueados por la droga. Ingresamos a la afectación crónica del sistema inmunitario y la posibilidad de que infecciones oportunistas tomen los órganos.

 

En última instancia están los efectos indirectos, o sea, los que se derivan de los cambios hormonales y metabólicos que causa el alcohol. La sustancia es capaz de modificar el ritmo y dañar el hígado, donde múltiples hormonas se metabolizan.

 

No hay una dosis de alcohol segura para el sistema inmunitario

 

En cuanto a sistema inmunitario se refiere, podemos decir que la ciencia no ha encontrado una cantidad de consumo de alcohol que pueda considerarse segura en su totalidad. Es primordial tener esto claro para no caer en engaños comerciales.

 

El alcoholismo es un problema de salud público, y los jóvenes son la población de riesgo más vulnerable. Si una persona inicia su consumo problemático de alcohol en la adolescencia, es probable que padezca en la adultez temprana graves problemas de inmunidad.

 

La prevención es la mejor vía para abordar la situación, y la información se convierte en una herramienta clave. Mientras más sepamos lo que la ciencia ha descubierto sobre el efecto del alcohol en el sistema inmunitario, más conscientes seremos a la hora de consumirlo.

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